La Bienal. El y la Bienal. Sus fotos en la Bienal. Sus bisabuelos en sus fotos de la Bienal. La violencia en Tucumán, cómo es mirarla con Ojos Testigos.

Por Diego Aráoz

Para mí, esta bienal marca el fin y el comienzo de una etapa como fotógrafo y como persona. ¿Por qué digo (escribo) todo esto? Porque colgar un ensayo que me llevo más de 7 años de trabajo, compartir un espacio con Longoni y Quieto (Longoni es un referente en mi profesión y el trabajo de Quieto es el que más me impacto de los trabajos sobre dictadura), recibir las críticas que recibí... Todo fue como demasiado.

A partir de ahora se empieza a mover la muestra: se proyecta el 1 de noviembre en el museo Franz Mayer en México en un certamen de jóvenes fotógrafos, y el año que viene será proyectada en el Festival Internacional de Fotografía en Porto Alegre. También tengo proyectado publicarlo al ensayo; siempre lo pensé como un libro, ese amor por los libros viene de familia, puede faltar cualquier cosa menos los libros, obsesión que se transforma en algo incomodo, básicamente por una cuestión de espacio (o mejor dicho por falta de). Como si esto fuera poco, pude curar (proyecto también anhelado durante muchos años) una muestra de fotografía antigua que inauguró la Bienal(¡!) en un lugar tan representativo para nosotros como es la casa histórica

La fotografía tiene una impronta de magia , por eso estoy seguro que esos personajes estampados en amarillentas imágenes (incluidos dos antepasados fotógrafos) saldrán de La casa de la independencia, recorrerán la Bienal y se preguntaran ¿por qué? O ¿cómo? O ¿dónde? O ¿quiénes? El punto de partida de la fotografía son las preguntas: ayer, hoy y siempre. La muestra El Album. Tucuman en el siglo XIX parte de una necesidad de volver a los orígenes (siempre hay que saber de donde venimos) y conocer como nació el álbum de fotografías. Expongo imágenes de mi familia (Colección Carmen del Valle Aráoz y Diego Aráoz)   y una fotografía hermosa de la colección de Julián Gómez Augier.

La imagen de la bienal, para mí, es la del día de inauguraciones en la Fundación Lucci , resultó una especie de Woodstok fotografico: referentes de la fotografía, estudiantes, familias enteras (recuerdo haber saludado a muchos Pérez, incluso uno en cochecito) todos tirados en el suelo, compartiendo y rodeados de fotografía. Después, continuando la noche en casa de la mujer del director de la bienal... La verdad, eso es hermoso, es impagable y espero que perdure aunque la bienal crezca. Lo que aprendí en estos últimos días es impagable; la verdad, estoy muy cansado, pero muy contento. Trabajar en el montaje, en el colgado de las obras, la curaduría, compartir en equipo todo un proceso de trabajo fue excepcional. ¡¡¡Historia para los nietos!!!

Esa violencia constante y cotidiana que hay en Tucumán es un tema que me atrae a la hora de pensar mis proyectos. Es la obvia y la más sutil, pero no menos cruel. La violencia entendida como el ejercicio de la fuerza y prepotencia desde un lugar de privilegio que uno ocupa en nuestra sociedad con respecto al prójimo, y en muchos casos la respuesta violenta a esa violencia.   Desde el tachero que te pone el auto en la línea peatonal, pasando por el patrón que tiene a sus empleados sin cobertura social y en negro, los padres que llevan a sus hijos en motocicleta sin casco y a los pedos y cuando le reclamás te dicen "son mis hijos" hasta llegar a la represión estatal. Esa violencia que te aplasta hasta el agotamiento, que te corre   hay que documentarla, intentar que, desde el lugar que cada uno ocupa, cambie esta idiosincrasia propia del tucumano. Sumado a este tema, esta mi mirada, siempre tratando de buscar los orígenes, ir al pasado, constantemente bucear en la memoria. Es algo que tengo incorporado a la hora de encarar un proyecto. De alguna manera la formación científica de la carrera de arqueología me marcó.

Ojos Testigos es un proyecto colectivo que formamos reporteros gráficos nacido como una vía de escape del trabajo cotidiano en los medios. Se consolida a medida que comienzan a construirse proyectos (fundamental el unirse para "construir" y no para "destruir") y a planificar actividades que nos permitan discutir nuestro rol en la actualidad. Nos empezamos a juntar hace unos dos años, entre nota y nota, cafeteando en Havanna; había una necesidad de capacitación, de lecturas y de compartir inquietudes con colegas con los cuales había una cierta afinidad que se fue acrecentando día tras día. El sostén y la fuerza del grupo tiene que ver, por un lado, con   la heterogeneidad de perfiles e inquietudes, y por otra parte, la amistad, respeto y admiración que hay entre los integrantes; puede sonar cursis (sobre todo lo de "admiración"), pero creo que es imposible pensar en un proyecto colectivo faltando alguno de estos aspectos. Lo integramos Fabián Font, Juan Pablo Sánchez Noli, Ezequiel lazarte, Federico Casinelli, Jorge y yo. Obviamente, la convivencia no es al mejor estilo Gandhi; las discusiones suelen ser muy divertidas (para el que esta afuera), por los gestos, y toda esa voragine y parafernalia de argumentos. No es fácil juntarnos, vamos construyendo un espacio, una mirada, que esta siendo reconocida poco a poco por el público, ese es nuestro propósito.

 

Volver a RELATORIA