La muestra reune un conjunto de registros en los que la cámara capta imágenes que atestiguan situaciones in fraganti, donde la violencia es puesta de manifiesto, a través de la presencia de un arma. Parafraseando a Roland Barthes, la exposición “Quieto o disparo” es “lo que ha sido”. Alejada de cualquier manipulación, las fotografías establecen un diálogo directo e inmediato entre las imágenes y sus receptores.
Los fotoperiodistas, desde su particular punto de vista, su encuadre y la elección del momento del disparo, son los que están llamados a realizar un comentario personal y comprometido acerca de la realidad que documentan. Desde el momento mismo del disparo, y de acuerdo con el discurso estético contemporáneo, toda imagen fotográfica deja de ser transparente, objetiva e ingenua, para convertirse, cada vez con más determinación, en una verdadera proyección del pensamiento del autor.
En “Quieto o disparo”, no hay arreglo alguno de la escena: las imágenes  son captadas con el afán de dejar un testimonio de los acontecimientos; en otras palabras, el fotógrafo se propone documentar en sentido estricto.

Jorge Figueroa