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Técnica usada: heliograbados en polímero y plata sobre gelatina
Viva la Reyna de México Coincidiendo con su exhibición en la Universidad de Houston en Fotofest 2006, (Houston, Texas, EEUU), y dentro del marco del XIII Mes de la Foto en Xalapa, Byron Brauchli exhibe aquí imágenes de la serie Viva la Reyna de México. Esta muestra es resultado de la participación de Brauchli durante varios años en peregrinajes por bicicleta desde Xalacingo, Veracruz hasta el Cerro del Tepeyac. La serie es un documento—parcial y subjetivo—visual de las observaciones del fotógrafo y su participación en esta actividad social y comunitaria de la población xalacinguense, pero es también una propuesta estética, trabajada laboriosamente. Viva la Reyna de México Hace más de mil kilómetros y cuatro años que empecé a acompañar al club deportivo de Xalacingo (Veracruz) en sus varios bici-peregrinajes. Para muchos xalacingueños, el recorrido al cerro del Tepeyac o a Atempan, Puebla, no es más que una extensión de sus actividades cotidianas, tanto un rito de fe, como fe en el deporte. Y de cierta manera ese fue el nexo que hallé en común con ellos. Yo también gozo mucho del ciclismo, y con mi fe en él y con mi fe en la foto y en las relaciones humanas que tengo en Xalacingo desde hace más de veinte años, emprendí devotamente este placentero quehacer. Las fotos documentan los recorridos que he hecho. Son testimonios subjetivos de mi andar con ellos. Son, asimismo, un acto de indagación, de aprendizaje, y de comprensión. Entre desplazamientos y nuevas amistades, las fotos surgen como un intento concreto por comprender a esa vida que no siempre es tan fácil ni perfecta ni idónea como la imaginamos. También son, por otro lado, resultado de las jornadas de trabajo obligatorias. Son las tripas de un desafortunado perro que no sobrevive el tránsito pesado del 11 de diciembre. Son el movimiento y cansancio de recorrer más de 300 kilómetros, o de convivir en el descanso de los “relax” con los compañeros. Y son el intento de crear arte. Las impresiones juegan también con la realidad documental: tomadas con cámara de plástico de juguete, e impresas en heliograbado sobre papel de algodón, nos alejan de la “verdad” que solemos creer de una foto-documento. A la vez presentan otra realidad: la reacción distinta de un sujeto ante una cámara de juguete; una alternativa formal y estética a la realidad moderna en grabados estilo siglo XIX. ¿Qué tal si en vez de insistir que la foto sea realidad, o verosímil, la empujamos hacia otro extremo? Y así, es, y ha sido, mi modo de ver la realidad. Byron Brauchli Postdato: |