Esta Bienal adhiere a:

 

 

 

a

Conferencia
Jack Delano: el alma de un fotógrafo

Pablo Delano*

Soy fotógrafo también, pero Julio me pidió que hablara del trabajo de mi padre, Jack Delano. Yo fui muy amigo de mi padre, trabajábamos juntos, yo lo quería mucho. Quiero darles una idea de cuál fue su trabajo, de la variedad de cosas que hizo. Antes que nada, quiero decir que el trabajo de Jack Delano no es simplemente el trabajo de Jack Delano sino que es el trabajo de Jack e Irene Delano. Porque mi madre y mi padre trabajaron juntos en todo. Cuando él viajó por Estados Unidos, como miembro de la Farm Security Administration (Administración de Seguridad en las Granjas), y cuando estuvo en Puerto Rico, siempre trabajó en pareja con mi madre, que fue una artista gráfica, y él dependía mucho de la crítica y del ojo de ella. Hay cosas que distinguen el trabajo de mi padre, creo yo, y es más que nada la dignidad y el respeto hacia todo ser humano, no importa de qué clase social sea.
Quiero presentar algunos datos biográficos breves y, después, hacer como una narrativa de su vida mostrándoles las fotos. Es interesante notar que él fue inmigrante no una vez, sino dos veces. Nació en una aldea en Ucrania, emigró a Estados Unidos y luego, más tarde, tomó una decisión muy importante para mí -la decisión que me hizo puertorriqueño y latinoamericano-, que fue mudarse permanentemente a Puerto Rico. Mis padres fueron personas que constantemente reinventaron su identidad.

La F.S.A.
Mi padre ingresó en la Pennsylvania Academy of Fine Arts, donde estudió ilustración y dibujo. Pero consiguió una beca del gobierno federal de Estados Unidos para hacer fotografía documental. Así llegó a unas minas de carbón, y por su cuenta tomó fotos y luego hizo una gran muestra que vio el fotógrafo Paul Strand, y a Paul Strand le encantó, y le ofreció hacerle una recomendación para trabajar con un cuerpo de fotógrafos empleados del gobierno federal, que se llamaba la Farm Security Administration, antes de que empezara la Segunda Guerra Mundial. El papel que jugaba esta agencia era el de hacer préstamos a los agricultores para tratar de sacarlos de la depresión, pero también contaba una sección histórica, para la cual estos fotógrafos documentaban las condiciones sociales de todo el país.
Mis padres viajaban juntos aunque estaba prohibido hacerlo. Viajaron meses y meses, de pueblo en pueblo, tratando de crear un documento social, de captar la realidad de todo el país. Una de las áreas que impactó a mis padres fue el sur de Estados Unidos, donde había mucho prejuicio racial, algo que ellos no habían visto antes. Uno de los períodos más fructíferos fue en el Estado de Georgia, donde los agricultores eran descendientes de esclavos. Por ejemplo, estaba prohibido darle la mano a un negro o decirle “Señor”, siempre se le tenía que llamar por el primer nombre, sin el apellido. Eso horrorizó a mis padres, que se interesaron mucho por sus condiciones. Pienso que a través de la fotografía logran captar algo de la dignidad de ellos.
Hoy se conocen más las fotografías de la gente pobre, de los agricultores migrantes, pero el proyecto no estuvo limitado a esto. Se retrataron las clases medias y las clases altas también. Y los inmigrantes. También el ferrocarril tuvo una gran importancia su obra. Una de las asignaciones que le dieron fue documentar el tren. Así que vivió por un mes en el tren, con los trabajadores, y tenía permiso para parar cualquier tren y hacerle las fotos. Hizo un tremendo viaje de Chicago a Los Angeles.
Uno de los momentos más duros fue cuando pidieron permiso para hacer fotos en la cárcel del pueblo, en el condado de Green. El encargado de la cárcel, obviamente, un blanco, mandó a los prisioneros, que la mayoría eran negros, a que bailaran para el fotógrafo. Ahí, pues, mis padres tuvieron que tomar una decisión ética: ¿qué tú haces como fotógrafo? Están obligando a los prisioneros a que bailen para ti, para que tú tomes la foto, o no la tomes... Es el tipo de decisión que hay que hacer y que cada fotógrafo tiene que bregar, por su cuenta, uno a uno. Obviamente, tomaron la foto y fue muy difícil para ellos. Pero muchos años después, esa foto se usó en la portada de unas grabaciones de música afro-americana, y hoy se considera parte de la historia de la comunidad afro-americana del sur de los Estados Unidos.
Los fotógrafos de la F.S.A. fueron los primeros en usar la fotografía color para fines documentales. La película Kodak a color se inventó a principios de los años ´30. Era lenta, requería exposiciones largas. Generalmente, solamente se usaba para fines comerciales. Pero los fotógrafos de la Farm Security se interesaron en esto. Mi padre fue el que más fotos de color produjo. Hay, en total, como 1600 imágenes a color de las cuales 500 son de mi padre.
Hoy, las 160.000 imágenes tomadas por este grupo de fotógrafos están en Internet, y cualquier personas las puede bajar. Todo fue hecho con la idea de establecer un archivo para el uso de cualquier persona que quisiera mostrar cómo era el país. Hoy en día, se conserva en la Biblioteca del Congreso de EE.UU., y cualquier persona lo puede usar sin pagar derechos de autor ni nada de eso.

El arte
Una de las cosas que distingue el trabajo de mi padre es su sentido del humor, el disfrute que tenía en crear fotos con un doble sentido o una realidad dentro de otra realidad. Por ejemplo: aquí pueden ver el cuadro de la vaca pintado en la pared del edificio. También le interesaban muchísimos los espejos y esto de mostrar una realidad dentro de otra. Por ejemplo, como en la foto de una barbería donde la narrativa de lo que cuenta la foto en el espejo muestra al barbero recortándole el cabello a un hombre, y fuera de la imagen del espejo se ven dos niños que esperan, y parece que uno ya se ha recortado y el otro está esperando.
Antes de comenzar su carrera de fotografía, mi padre estudió dibujo y diseño, y creo que eso se nota en la composición, en el enmarque de las fotografías: hay gran interés en la organización visual. También, hay como un lado surreal en las imágenes de mi padre. El iba a las ferias, a los circos, y tiene una serie de imágenes bastante extrañas, tomadas por todo el país. Pero más que nada, le interesaban los seres humanos. Cuando fue estudiante de arte, le impresionaron mucho los artistas que trabajaban con temas sociales, como Van Gogh, y ellos lo siguieron influyendo en toda su carrera. También se nota la influencia de su formación como ilustrador y pintor en el sentido de las formas, y se mantenía muy al tiempo de qué pasaba en el mundo del arte.
Otra cosa que le interesó estilísticamente fue la gran profundidad de campo. Hay un equipo de fotógrafos que se llama el Grupo f 64: usaban una apertura muy pequeña para tener una gran profundidad de campo.

Puerto Rico mío
Fue muy curioso cómo llegó a Puerto Rico, que es territorio estadounidense desde la invasión americana en 1898. El gobernador pidió un fotógrafo para documentar la realidad social del país. Todos los fotógrafos de la F.S.A. estaban viajando por Norteamérica, y el que estaba más cerca de Puerto Rico, porque estaba en el sur de los Estados Unidos, fue mi padre. Así fue que le ofrecieron tomar esas fotos. El lo contaba: decía que cuando le ofrecieron esta posibilidad dijo que sí y luego buscó un mapa del mundo para ver dónde estaba Puerto Rico. Fue una experiencia increíble.
Obviamente, las condiciones de la gente eran terribles. La pobreza, la falta de cualquier cosita para comer. El chiste que contaban los campesinos en esa época era que el señor llegaba del cañaveral, hambriento, y le decía a su mujer: ´Mujer, dónde está la carne?´. Y la mujer le contestaba: ´Está debajo del granito de arroz, en tu plato´.
En Puerto Rico hay una influencia africana muy importante. Se podría decir que la gente que vive más cerca de la playa, a la orilla, es gente con mucha influencia negra mientras que los campesinos de las montañas tienen un poquito menos de esa influencia. Hay un pueblo donde todavía quedan mucha, mucha cultura africana que es el pueblo Eloisa; muchos de los trabajadores de la caña fueron negros. Digo “fueron”, porque la caña ya no existe en Puerto Rico, desde hace más de 20 años. Fabrican ron, pero la melaza del ron viene del exterior.
Mi padre estuvo en Puerto Rico por tres meses y se enamoró de la isla. Pero fue reclutado al ejército americano para pelear en la Segunda Guerra Mundial, y estuvo como tres años en el ejército. Cuando acabó la guerra, solicitó una beca Guggenheim para regresar a Puerto Rico y hacer un libro. Por entonces, mis padres conocieron a un hombre que sería muy importante en la historia de ese país: Luis Muñoz Marín. Fue el primer puertorriqueño electo como gobernador de la isla; hasta ese momento, el gobernador era nombrado por el presidente de Estados Unidos, o sea que no era una situación democrática, era un nombramiento. Ja, se podría decir que hasta el día de hoy Puerto Rico es una colonia. Hoy en día, hay elecciones y el pueblo elige al gobernador. Luis Muñoz Marín tenía un programa social muy importante, y así lo conocieron mis padres y se hicieron muy amigos. Estaban buscando formas para tratar de resolver los problemas muy, muy graves de hambre, de falta de educación, de salud pública.
Mis padres, junto con otros artistas, fundaron algo que se llamaba la División de Educación de la Comunidad. Era una forma de bregar por los problemas sociales a través de las artes, a través de la fotografía documental. Muchas de las fotos fueron tomadas para el Archivo General de Puerto Rico, para tratar de levantar conciencia de lo que estaba pasando en la isla. Hoy siguen allí, con las mismas condiciones que las de la F.S.A.: cualquier persona puede usarlas. Se trataba de usar cine, folletos, revistas, almanaques, todo tipo de material gráfico para tratar de resolver alguno de estos problemas. Mi padre dirigió muchas películas de cine, una de ella se llamaba Los Peloteros, y mi madre fue la directora del taller gráfico, donde producían carteles y afiches para las películas. Uno de los trabajos que hizo mi padre entonces fue fotografiar un tren que iba de la ciudad de San Juan a la ciudad de Ponce, que tomaba todo el día porque daba, prácticamente, la vuelta a la isla. Ese tren dejó de pasar poco después de que fueron tomadas las fotos, y alguien se robó los negativos del archivo. Lo único que queda de ese trabajo son las copias que se hicieron en ese tiempo, por eso, además, mi padre decidió publicar un librito sobre ese ferrocarril.

Querido don Jack
Luego, mi padre se envolvió en la radio y después en la televisión. Fue director de la estación de televisión pública y educacional. En otro momento, mis padres decidieron que se iban a dedicar a ilustrar libros infantiles. Uno de los que hicieron fue El traje nuevo del Emperador, que publicaron en Puerto Rico, y está lleno de detalles de lo que se veía en las calles de Puerto Rico y de la diversidad que se veía en el Caribe. Otra cosita que él hizo fue un libro para niños sobre la importancia de proteger a los árboles; se imprimieron 100.000 ejemplares y se distribuyeron en las escuelas públicas.
El libro Puerto Rico mío se publicó 40 años después de la beca Guggenheim, cuyo propósito era apoyar el libro. Tomó todo ese tiempo por las cosas en las que se envolvieron mis padres. Fue, luego, muy difícil venderlo, muchas editoriales lo rechazaron, decían que no iba a haber público, que nadie lo iba a comprar. Por fin, decidieron publicarlo y resultó ser el libro de fotografías que más ventas tiene del catálogo de libros de la editorial, el Instituto Smithsoniano. Fue un libro basado en un proyecto que hizo mi padre. El recibía cartas, constantemente, de fotógrafos de Estados Unidos que estaban usando su trabajo como base para hacer otro reportaje 30, 40 años después, y volvían a buscar a la misma persona, a ese mismo lugar. Mi papá pensó: si hay tanta gente haciendo esto con mi trabajo, ¿por qué no lo hago yo mismo? Decidió hacer un estudio del Puerto Rico de finales de la década de los 70 comparándolo con el Puerto Rico de los años 40. Fue una muestra con 250 fotografías. Hace un par de años, me llamó un artista conceptual catalán que había sido contratado para hacer una obra de arte público en una de las estaciones de un tren nuevo, y quería usar una foto de Jack Delano.
Puerto Rico es, hoy, un lugar difícil: hay mucho crimen, pero nadie se muere de hambre, todavía les queda esto de la dignidad. Una de las fotos de mi padre que muestra el valor que la fotografía documental puede tener para una persona, es la que muestra el entierro de un niño. La foto fue colgada en una muestra, donde mi padre puso un libro para que la gente escribiera sus comentarios. Un día, apareció un comentario diciendo algo así como: “Querido don Jack, gracias por haberme permitido asistir al funeral de mi hermana que murió antes de que yo naciera”.
Todos mueren, también murió Muñoz, el gran político del siglo XX de Puerto Rico, que logró sacarlo del hambre. Puerto Rico no es, ya, un Estado de los Estados Unidos como es Hawaii, Alaska. Tampoco es un país independiente, es lo que llaman un “Estado libre asociado”. Luis Muñoz Marín fue el creador de este estatus, con el que intentó rescatar al pueblo del hambre y, a la vez, guardar algo del idioma y la cultura sin perderlo todo como ha pasado en Alaska y en Hawaii.
Estas son las cosas que mi padre vio y documentó, pero sin que le causaran un rechazo hacia la isla. Al final de su vida, cuando estaba muy enfermo, mi madre y yo queríamos que se viniera a vivir con nosotros a los Estados Unidos, porque los hospitales eran mejores, pero él no quiso, decía que no se sentía cómodo en Estados Unidos. Quería quedarse en Puerto Rico, y morir. Y murió ahí. En el último año de su vida, se dedicó a escribir su autobiografía, que salió publicada tres semanas antes de su muerte. Mi madre también murió en Puerto Rico, en 1982.-

*Pablo Delano nace en San Juan, Puerto Rico, en 1954. Hijo del fotógrafo Jack Delano y de la artista gráfico Irene Delano. A los 18 años se traslada a EEUU para estudiar en la Tyler School of Art en Filadelfia y en la Yale University School of Art, donde obtiene una maestría en pintura. Entre 1979 y 1996, se establece en Nueva York y trabaja como fotógrafo freelance y profesor de fotografía. Realiza trabajos sobre las comunidades hispanas y caribeñas. Actualmente es profesor en el Trinity College en Hartford, Conecticut, e investiga la cultura y la sociedad de Trinidad y Tobago. Su obra ha sido expuesta en muestras individuales y colectivas en museos y galerías de EEUU, Latinoamérica, Europa y Australia. Su libro de fotografías Faces of America fue publicado por el Smithsonian Institution Press en 1992. Delano ha tomado fotografías para libros sobre el arte folklórico de Puerto Rico de historiador del arte del arte Teodoro Vidal. Ha creado obras de arte público para el Museo de Inmigración de Ellis Island y para el Departamento de Asuntos Culturales de Nueva York.

Nota: Estas palabras dieron forma a la conferencia brindada el 24/08/06 en el Auditorio C.C. Virla. Su transcripción no tiene más pretensión que compartirla con quienes no estuvieron allí o quienes quieran volver a disfrutarla y conservar un registro de ella.

VOLVER A RELATORIA