He
realizado este trabajo sobre pacientes portadores de H.I.V. por
más de 14 años.
Como
punto de partida comencé trabajando con niños, para
luego conectarme con su entorno. En algunos casos su entorno fue
su familia y en otros casos, su familia fue el personal hospitalario.
Traté
en todos los casos y cuando fué posible de no hacer fotos
aisladas, sino hacer seguimientos de pacientes a través
de los años. Esto me llevó a sus hogares, sus escuelas.....
En
muchos casos y a pedido de sus familias, usé máscaras
y objetos para protejer sus identidades. Esto fue, sin duda un
desafio estético.
En
esta enfermedad se produce una alteración de los ciclos
biológicos naturales; muchas veces los niños mueren
antes que sus padres, y muchas veces antes que sus abuelos.
Pero
lo que pude observar y sentir a través de todos estos años
es que el amor, si bien no cura, mejora y ayuda a una mejor calidad
y espectativa de vida.
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